Neuromodulación
Un concurso de tontos
Mira.
En primero de carrera teníamos una asignatura que se llamaba “Fisioterapia General”.
Bien.
Teníamos prácticas con nosotros mismos.
Las aulas se dividían por salas enormes con camillas y pizarras (sí, pizarras, de las de toda la
vida, con sus tizas de colores y todo) el doble de grandes de lo habitual.
Las camillas hacían de mesas. Allí primero tomábamos apuntes y después practicábamos.
Uno de los temas que dimos fue la ELECTROTERAPIA.
La electroterapia no es otra cosa que aplicar una corriente (del tipo que sea) a través de unos
parches que van pegados a la piel.
Cada persona, según su condición o lesión aguanta más o menos intensidad de corriente.
Pues bien.
En clase con el profesor todo muy correcto. Primero explicó y después se practicó.
El profesor estaba pendiente de nosotros, pero éramos muchos.
Esto nos daba una cierta libertad a la hora de aplicar lo anteriormente explicado.
Comenzamos experimentando qué se siente al paso de la corriente.
Sentados en la camilla con las piernas colgando, aplicábamos las corrientes en el muslo.
Con intensidades bajas… Sientes un cosquilleo.
¿Dolor?
Ninguno.
¿Y si aumentamos la intensidad…?
El músculo reacciona y comienza a producir contracciones totalmente involuntarias.
Esto nos parecía gracioso porque hacía que el pie se levantara hacia el techo.
De primeras sin dolor, pero si continuabas aumentando la intensidad, la contracción se hacía
más violenta, y por tanto, más dolorosa.
¿Qué hicimos?
Efectivamente, lo que estás pensando.
Seguimos aumentando la intensidad.
Sin conocimiento.
Éramos así de listos… así de tontos.
Jugábamos a ver quién aguantaba más intensidad…
Será una cosa pa’ darnos…
Afortunadamente el profesor se percató de la situación y nos cortó el rollo.
Las cosas van cambiando, y además de esta metodología, actualmente tenemos otras formas
distintas de aplicar estas corrientes.
Una de ellas es con el uso de AGUJAS.
¿Con Agujas?
Sí, con agujas. Igual que los parches, pero con agujas.
Las colocamos con ayuda de un Ecógrafo en el tejido que queremos trabajar para estimularlo
con corrientes.
Esas corrientes con las que mis compis y yo jugábamos en su día.
Esto abre mucho el abanico de posibilidades terapéuticas, porque podemos estimular
cualquier tejido…
Incluso ¡UN NERVIO!
¿Y no es peligroso?
PARA NADA.
Mira.
No pinchamos el nervio como si de un pinchito de pollo se tratara.
Únicamente dejamos la punta de la aguja cerca y la corriente hace el resto.
¡Además lo hacemos con Ecografía! ¡No hay riesgo!
Esto nos ayuda a mejorar la conductividad del NERVIO.
Por tanto, se puede disminuir el dolor y mejorar la función.
Además mira, trabajamos con la tolerancia del paciente.
¿Qué significa esto?
Pues que se sube la intensidad hasta que tú me digas ¡YA!
Sin más. No duele o duele muy poco.
En nuestro Centro de Fisioterapia en Martos, contamos con todo lo necesario, tanto a nivel
TÉCNICO como a nivel FORMATIVO, para que este tratamiento no te cause para nada un
trauma y sea efectivo y seguro.
Llevamos años haciéndolo con muy buenos resultados.
Y lo más curioso de todo es que mejoramos con el paso de los años.
Igual que un buen vino
El primer paso para sentirte mejor empieza aquí.